A la experiencia continua de la vida que moldea al individuo, sea ésta formal o informal, dirigida por personas facultadas o no, llamamos educación. Sin embargo, el ideal del concepto educación debe trascender más allá de esta concepción, pues, la verdadera educación es el desarrollo armonioso de todas las facultades. Además debe concebirse a la persona como alguien a quien debemos proveerle o facilitarle las oportunidades de crear y razonar él mismo las convicciones que internalizará en su perfil de vida. Por otro lado al que llamamos educador, realmente también es un educando en la práctica, pues él mismo replantea sus conocimientos y los actualiza en el proceso de enseñanza.
Desde un punto de vista transformacional White (1920) plantea que el verdadero maestro no se satisface con un trabajo de calidad inferior. No se conforma con dirigir a sus alumnos hacia un ideal más bajo que el más elevado que les sea posible alcanzar. No puede contentarse con transmitirles únicamente conocimientos técnicos, con hacer de ellos meramente contadores expertos, artesanos hábiles o comerciantes de éxito. Su ambición es inculcarles principios de verdad, obediencia, honor, integridad y pureza, principios que los conviertan en una fuerza positiva para la estabilidad y la elevación de la sociedad.
Por otra parte, muchas personas conciben la educación sólo como un medio para mejorar su calidad de vida desde el punto de vista lucrativo. Sin embargo, aunque la educación también provee esto, en esencia no es la mayor de todas las satisfacciones que reporta. Esto así, porque una persona educada tiene la oportunidad de ubicarse y adaptarse con más facilidad a los diferentes ambientes que la vida y los cambios lo someterán.
Sostengo el concepto de que la educación es parte inseparable de la vida misma, ya que el individuo debe mostrar una actitud de constante aprendizaje. Digo constante aprendizaje, no sólo con la experiencia práctica de sus vivencias, sino con la búsqueda continua de las últimas investigaciones que el mundo académico provee. Creo también que la oportunidad que brinda la Educación a Distancia viene a facilitar este proceso de permanente actualización.
Concluyo con la idea de que las instituciones educativas deben constantemente avocarse a un replanteamiento de nuevas metodologías y estrategias para hacer del proceso educativo algo más práctico y funcional. Específicamente, fomentar más el método andragógico, pues quedé impresionado por los conceptos que AIU a través de su Manual del Estudiante plantea. Y esto obedece a una lógica sencilla: La palabra pedagogía viene del griego pedagogós, refiriéndose a los guías responsables de conducir a niños y adolescentes por el camino del aprendizaje; pero andragogía es educación para adultos, personas que están auto motivadas a lograr metas académicas.